Estamos viviendo unos días, que a los que no nos gusta ver futbol, seguro que no nos dejan indiferentes, pero si además tampoco tenemos una identidad "nacional" muy arraigada...
Por un lado, si estos últimos días, la tele en las calles ha quedado claro ese clamor popular de que "todos somos españoles", "unidos por la roja", "yo soy...."
Es curioso que diste bastante de lo que en otras ocasiones la gente expresa. Sólo tenemos que ver la multitudinaria manifestación en Barcelona de hace no muchos días en contra de la última sentencia del Constitucional sobre el Estatut. En la que lo que más ofendía a todos los que estaban allí era precisamente ese tema, "la nacionalidad".
Pero claro, salvo que dispongas de canales de TV de pago, en España estos días, es difícil poner algún canal de televisión que no tararee este lío de la roja y el mundial, si además añadimos la radio y la prensa, no es de estañar que de todo esto se haga mucho más eco en todo tipo de redes sociales y publicaciones de Internet. Lo único que me gusta es la euforia y el buen rollo general. Todo el mundo contento, pero no pendiente de la realidad. Ya es pena que haya que volver a la España real, la del paro y las reformas, o a esa Europa de rumores y recortes.
Cuando volvamos, seguro que será un buen tozolón, la depre post-mundial.
Así que todos cuantos no vibramos con la roja, yo al menos me alegro de su victoria, se nos hace pesado tanto y tanto ruido o vuvucelas para nada.
Mención aparte los comentarios, que desde cualquier sitio hacen eco y nos distraen de lo que tendrían que contarnos. Por supuesto, me refiero sobre todo a los políticos y periodistas. Algún comentario no es reprochable, pero todos los días y en todos los escenarios parece que es necesario hablar de esto. Ya volverán éstos también.
Un entusiasmo que se asocia a recuperaciones y otros milagros, creencias similares a las predicciones del famoso pulpo, todo se verá. Eso sí, nadie debería negar que no parece muy serio.
Mi peor lectura es que la gente, últimamente sólo parece que se manifieste en la calle por rollos de identidad nacional o nacionalista. Con la que está cayendo, parece que habría que estar dispuesto a manifestarse por todos esos temas que están en verdadero riesgo. Pero claro, es mejor y sobre todo fácil, no hacer nada y echar la culpa sólo a los de siempre.